Diferencia entre queso curado y madurado

Aunque habitualmente utilizamos nuestro blog para hablar sobre el jamón, que es uno de nuestros productos estrella, lo cierto es que en La Despensa del Berral contamos con muchos otros productos. Vinos, aceite de oliva, embutidos, quesos… Y al igual que sucede con el jamón, a pesar de ser productos muy consumidos por todo el mundo, existe un gran desconocimiento en la sociedad sobre ellos.

De hecho, si hablamos del queso lo cierto es que ante tantas variedades y tipos diferentes son mayoría los que no saben catalogarlo correctamente. Hasta el punto incluso de que son muchos los que no saben las diferencias que existen entre un queso madurado y uno curado. Y como somos conscientes de ello, en este nuevo artículo vamos a explicarte lo que consideramos que deberías saber al respecto.

¿Cuál es la diferencia entre un queso madurado y uno curado?

Antes de nada, lo primero que deberías saber es que puedes agrupar a los quesos en dos tipos: frescos o madurados. Y a mayor sea el periodo de curación, más graso e intenso será el producto final, además de contener una menor cantidad de agua. Con esto claro, llega el momento de diferenciar los principales tipos de queso que existen: 

  • Queso fresco.
  • Queso madurado.
  • Queso semicurado.

Queso fresco

Los quesos frescos son aquellos que están listos para comer justo después de producirlos. De hecho, como mucho se suelen curar durante una semana si pesan más de 1,5 kilogramos, siendo un periodo de tiempo inferior generalmente. Estos quesos se ponen malos muy rápido, por lo que es importante consumirlos rápidamente y deben guardarse siempre en el frigorífico. Algunos de los quesos de este tipo más populares son la mozarella, el queso de Burgos o el queso Feta. Generalmente suelen ser quesos más saludables ya que poseen menos grasas y sal.

Queso madurado

Después del queso fresco es el momento de hablar de los quesos madurados. Estos son todos los que requieren de un proceso de curación mayor que los anteriores, situándose este entre los 105 y los 270 días para ejemplares de 1,5 kilogramos. Dicho de otro modo, para estar listos para consumir necesitan cuatro meses de maduración aproximadamente.

El proceso de maduración puede variar, lo que hace que se determinen a estos quesos como curados, viejos o añejos en base al tiempo que están madurando. Los curados requieren de unos 100 días, los viejos unos 180 y los añejos nueve meses o más. Como resultado, son quesos más grasos, secos y fuertes que los frescos y permiten un periodo mayor de conservación. Los más populares aquí son el manchego, el parmesano y el pecorino.

Queso semicurado

A parte de los dos grandes tipos anteriores están los quesos semicurados, que podríamos definirlos como la mezcla perfecta entre un fresco y un madurado. Requieren un tiempo aproximado de un mes de maduración y al final no terminan de ser ni frescos ni madurados, sino que ofrecen un resultado intermedio. De este modo, ya te habrá quedado clara la diferencia entre un queso fresco, uno madurado y uno semicurado: su tiempo de curación.

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